RETO MÓDULO 2

 

 



María Andresa Casamayor de La Coma

(30.XI.1720 – 24.X.1780)

La mujer que soñaba con números

Esta mujer encarna por su vocación y dedicación el ejemplo de mujer científica que desarrolla con talento su trabajo en circunstancias sociales tremendamente desfavorables y con escaso reconocimiento social. Considerada una de las primeras científicas españolas. En un país como España donde la mujer, incluso hoy, no acaba de tener plenamente su lugar en el mundo de la Ciencia, María Andresa, allá por el siglo XVIII, y con apenas 17 añitos, redactó un pequeño pero gran tratado de aritmética sobre matemáticas elementales. Fue el Tyrocinio Arithmetico, Instrucción de las quatro Reglas Llanas, que tuvo que escribir haciéndose pasar por un hombre. Escribió un segundo libro El Para Sí Solo (perdido en la actualidad) en el que mostraba diversas aplicaciones en la vida cotidiana.

Nació en Zaragoza en 1705, procedente de una familia de origen francés dedicada a la actividad comercial. Fue la séptima de nueve hermanos y disfrutó de una buena educación en su casa y al parecer, cuando en aquella época los colegios religiosos masculinos como los Escolapios solo admitían alumnos varones ella tuvo contacto con algunos profesores religiosos, como por ejemplo con fray Pedro Martínez, con quien colaboró en la redacción de sus obras y que tuvo en alta estima su valía intelectual.

En 1738 apareció un documento excepcional, el Tyrocinio Arithmetico, primer libro matemático publicado por una mujer española, aunque la autora utilizó el seudónimo de Casandro Mamés de la Marca, anagrama de su verdadero nombre. Existe un único ejemplar que se encuentra en la Biblioteca Nacional.

Anteriormente ya existían otros tratados de aritmética, complejos y dirigidos a expertos, pero imbuida del espíritu de la ilustración, mostró su intención de hacer accesible este conocimiento al pueblo llano al explicar de forma sencilla las cuatro reglas básicas de la aritmética (suma, resta, multiplicación y división). Además el libro también recogía pesos, medidas y monedas de la época, incluyendo sus equivalencias. Ambas facetas del libro eran de enorme ayuda para los comerciantes.

Al contrario de lo que era habitual en la época, decidió no casarse ni ingresar en un convento, optando en cambio por ejercer como maestra de niñas en escuelas públicas pasando grandes penurias económicas. Falleció el 24 de octubre de 1780.

Esta matemática que tuvo que publicar su libro bajo seudónimo, “Casandro”, para ocultar su condición de mujer en un campo donde las mujeres tenían escaso o nulo protagonismo es un ejemplo de la lucha y defensa de la educación de las mujeres desde niñas (su abuela fue analfabeta) y de las clases más desfavorecidas. Su obra se adelanta en varias décadas a lo que será el modo de hacer de las mujeres ilustradas, destacando una gran habilidad matemática y una profunda preocupación por la educación.

Su aportación a construir una sociedad más igualitaria es incuestionable utilizando para ello la enseñanza y reclamando el acceso a ella para niñas y personas desfavorecidas.

 

Existe un documental dirigido por Mireira Abrisqueta, el que cuenta la historia de esta gran mujer. Fue estrenado en 2020, con motivo del 300 aniversario de su nacimiento: “La mujer que soñaba con números”.

 

 

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